Tenía ganas de darme un paseo por IKEA.
LLegamos a Valencia pronto, un jueves por la mañana que tenia libre. Dejamos al peque en la planta baja, donde hay una zona de bolas, colchonetas,con tele y mesas .Las monitoras eran muy dulces, así que Jaume no miró atrás, se quitó los zapatos con una rapidez que ni para coger un huevo kinder al aire.
Con una tranquilidad inusual y un poco atontados de tanto silencio salimos a dar la vuelta por el megacentro. Eso sí, pasamos a almorzar antes y tomarnos un café. Que maravilla, que paz, que silencio... y que donuts hojaldrados!!!
Empezamos recorrido y nos vimos discutiendo como si fueramos a comprar toda la casa esa mañana. Y la verdad ,es que lo único que íbamos a comprar era una colcha de futbol que le gustaba al peque y al final no pudimos comprar porque estaba agotada.
Nos metimos en los minipisos, flipamos un rato. Elegimos sofá. Ibamos por los pasillos como los niños, con los brazos extendidos tocandolo todo. Mira que suave!!
Que bonito!! pues esto nos quedaría bien!! Hazme una foto en este sillón!! Y nos girábamos y todos hacíamos exactamente lo mismo. Que predecibles somos la gente... y que tontillos. Cómo nos gusta flipar.!!

Pero claro llegas a casa y destapas la bolsa llena de catálagos y lápices del Ikea,y te preguntas " para que puñetas habré cogido tantos lápices" si son minúsculos!! Pues nada, todo lleno de blocks con anotaciones.

Cuando acabas de visitar tu propia casa, te sientas en el sofá ves tu comedor y dices, pues sí esto es lo que hay, pero que bontio quedaría.... si me tocara un pedacito de la primi y bajas de las nubes con la sonrisa tonta para lo que queda de fin de semana.
jajaja es que cuando vas al Ikea...es imposible no imaginarte tu casa completamente reformada! Lo exponen además todo tan a puntito de llevar!
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